Aquí tenemos a Plumitas y Coloretes, los protagonistas de un filme de acción que dará mucho que hablar: ‘Los trinitarios 2’. Ambos son fans de Jean-Claude van Damme y están fortaleciendo sus extremidades inferiores para dejar al actor belga a la altura del betún. ¡Pronto, en las mejores jaulas!

Estoy deseosa de saber más de esta película que Plumitas y Coloretes se han decidido a rodar tras semanas de entrenamiento durísimo. «Fue fácil elegir el título», nos explica Plumitas en un descanso del rodaje, «si Jean-Claude van Damme protagoniza Los mercenarios 2, nosotros, que trinamos, decidimos hacer Los trinitarios 2».

—Tiene sentido —les contesto— si no fuera porque los trinitarios son una orden religiosa, pero vamos, ustedes mismos.

—Es usted un pájaro de mal agüero —interrumpe Coloretes—. ¿Insinúa que la Iglesia va a ponerse en nuestra contra para impedir que se estrene nuestro filme?

—No se me ocurriría. Les deseo el mayor éxito posible. Pero cuente, cuente cómo se les ocurrió todo.

Coloretes, entre dos juncos
«No solo hemos clavado el spagat de Van Damme; mire, mire qué mirada de terror saca Coloretes en este plano», me comenta Plumitas. (Foto: Agencias)

Plumitas y Coloretes, al unísono: «Adoramos a Van Damme»

—Todo empezó porque somos auténticos fans de Van Damme. Lo adoramos, ¿sabe? —dicen ambos—. Y un día, viendo aquel anuncio de Volvo en el que se despatarraba, pensamos: «Oye, ¿y por qué nosotros no?».

—Hombre, ustedes tienen unas patitas poco musculosas, si me permite la crítica constructiva.

—Construya, construya. Pero tenemos la ventaja de luchar contra la gravedad. Estamos entrenados para contrarrestar el peso corporal moviendo la sobaca, ¿sabe usted? Aquí hay su poquito de truco. Pero esto no lo vaya a contar en Crush.News, por favor.

—Descuide. —Cruzo los dedos detrás de la espalda—. Y díganme, porque tengo una duda que me corroe: ¿por qué Los trinitarios 2, si no hay una primera parte?

Los trinitarios 2: acción y drama a partes iguales

—Fácil. Ya le hemos dicho que somos fans de Jean-Claude van Damme y este actor no aparece en la primera parte. Y luego, pues como somos dos, el número le viene de perlas, ¿no cree?

Coloretes, entre dos juncos
Coloretes tiene una presencia brutal. La cámara lo quiere, sin duda. (Foto: Agencias)

Qué pico tienes, Plumitas —añade Coloretes.

—Gracias, querido. Prosiga, por favor, estimada periodista.

—Cuéntenme un poco de qué va la trama.

—No quiero desvelar mucho, pero ahí va. Plumitas, o sea, yo, es un pájaro que vive feliz con su esposa, que anda empollando huevos porque nos vienen cinco criaturas en camino, pero un gato esfinge de estos feos feos, que parecen un escroto pelao, le mete un zarpazo al nido y termina con mi proyecto de familia y mi alegría de vivir. Y cuando estoy con la bajona gorda aparece Coloretes, que acaba de jubilarse de mascota de un barco de la Guardia Civil, y me dice que si vamos a por el puñetero gato pues que se apunta. Ahí empieza todo: acción, drama, despatarre a punta de pala.

Ausencia de estrellazas

—Eso les iba a decir. ¿No pueden estar un ratito sin hacer el spagat? Me siento un poco… incómoda, ¿saben?

—Ni hablar. El secreto del éxito de Los trinitarios 2 va a estar en lo muchísimo que nos abrimos de piernas. Pero no a lo Sharon Stone en Instinto básico, no; a lo macho alfa, como Jean-Claude. ¡Ay, ojalá venga a vernos!

—¿Puedo hacerles una sugerencia, ahora que están aún rodando?

—Sugiera, por favor. Usted no se corte.

—¿Por qué no cuentan con una estrella invitada de relumbrón? Eso les daría mucha más taquilla, pienso.

—¿Como por ejemplo?

—Hm… no sé, ¿The Rock?

—Nah. Le falta pluma.

Plumitas
«Al principio intentaron convencernos de que no hiciéramos la peli. Nos dijeron tantas cosas… Nos decían que no teníamos los pies en la tierra», recuerda triste Plumitas. (Foto: Agencias)

—Vaya. ¿Y Piolín?

—Le hicimos una oferta, pero no nos fiamos. Le da mucho al alpiste.

—Pues ¿qué tal el Correcaminos?

—Estuvimos hablando con su agente, pero no llegamos a un acuerdo en el precio. Nos montó un buen pollo.

—Entiendo. Pues por mi parte nada más. Les dejo con su rutina.

—Gracias, pero no se vaya sin comprobar la musculatura. Toque, toque. ¡Mire qué patas anisodáctilas! ¡Observe qué hallux!

—No tengo ni idea de lo que me dice, Hulio.

Coloretes, entre dos juncos
«Y entonces voy yo y le digo: ‘Eh, minino, ven aquí si te atreves’, y cuando va a darme un zarpazo, ¡zas!, despatarre y lo dejo descolocado». (Foto: Agencias)

Me alejo mientras Plumitas y Coloretes continúan estirando. Uno de ellos silba la cancioncilla de los camiones Volvo. Al otro se le escapa un pedete. Normal. Tanto tiempo con el esfínter encogido…