Hoy es el día para la cultura y no hay que tomárselo a risa. AlertaRoja #17S


En la última era, hablar de nuevos artistas con valores y aptitudes sin caer en el chovinismo intrínseco de los concursos de televisión y su ya conocido hándicap gafe, me hacen detenerme en alguien que me genera simpatía por muchos motivos: Amaia Romero.


Sí, Amaia Romero. Con nombre y apellido. No hablamos de la triunfita, no hablamos de Amaia de España ni de la ex de Alfred.
Bueno, vale, sí. De la ex de Alfred, un poquito sí. Porque… ¡qué dramón aquel, tía! Él llorando, ella seria, un paparazzi al acecho… y adiós a Tu canción que ya no era ni tuya, ni mía, ni de ellos.

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Qué tiempos aquellos, ¿eh? Fotos: Agencias.


Hablamos de una chica con una riqueza musical increíble y en constante aprendizaje, que arrasa por donde pasa y que, además, lo demuestra en cada concierto que está ofreciendo en esta era de pandemia.

También hablamos de la considerada loser de la clase, esa que en realidad deja patente que los lerdos somos quienes la vemos como pequeñita y dispersa. Vale que se relaja viendo aspersores, pero de ahí a…

Mira, alguien que se planta en Los Goya con todos sus pelos, créeme, es de todo menos Loser.

Fotos: Agencias.


Porque Amaia hace lo que quiere y como quiere. Sin escuchar a nadie más que a ella misma y para eso, hace falta mucho arrojo.
Le da igual la industria, el mercado, tener diez espectadores o cien mil.
Ella es trance.
Ella es música.
Ella es valor.
Ella es Nuestra Salvadora.

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Y hoy, en un día en el que tenemos que luchar por mantener a salvo nuestro legado, ella es sin duda alguna nuestra mejor bandera. Incluso mejor que la que llevas en la mascarilla, que, por cierto, ¡póntela, anda!