Cristian destrozado: «Mi madre no me quiere»

Pasión, intriga y dolor de barriga. La última gala de La casa fuerte, el reality más bizarro de la televisión, ha vuelto a cumplir expectativas.

Esta vez la protagonista absoluta de la noche fue Maite Galdeano, una concursante que a pesar de que puede ser divertida en ocasiones, en otras puede resultar la peor de las villanas Disney versión Vallecas. Y ayer Mayte se enfrentó a todo y a todos. Puso la casa del revés y demostró una crueldad y un odio hacia su hijo nunca antes visto en un concurso por televisión, dejando a Cristian, destrozado.

Toda la casa, en contra

Lo que Maite Galdeano está haciendo con su hijo no tiene nombre. Si ya fue raro que Maite y su hijo, Cristian Suescun, acudieran a Supervivientes para que ella le aceptase y le conociera (???), más raro ha sido que entren a La casa fuerte para limar asperezas entre madre e hijo. Sí, todo el mundo sabe que donde se liman asperezas guay es en un reality de Telecinco, claro. A nosotros todo esto nos huele rarísimo y ojo spoiler: SALE MAL.

Ayer la casa fue un festival. Cristian deambulaba como alma en pena, tristísimo y acongojado por el comportamiento de su madre hacia él y se sinceró con la archienemiga de su madre, Juani, la madre de María Jesús Ruiz. Entre balbuceos y sollozos le dijo que él sabía que su madre quería más a su hermana y a su novio que a él. Primera bomba. Le dijo también que él sólo quería el amor de su madre. Segunda bomba. También le contó que lo único que quiere es que le ame igual que ama a su hermana. Tercera bomba. Y así fue soltando perlas hasta dinamitar los nervios de Juani.

Fue en este punto cuando Maite se enteró de que Cristian había hablado con Juani, y más preocupada del qué dirán, intentó negarlo todo y llevó a Cristian hasta Juani para que acallara los rumores. Rocambolesco. En lugar de amansar las aguas, todo fue derivando a una discusión feísima entre la madre, el hijo, el espíritu santo y el posicionamiento de toda la casa en contra de Maite.

Juani por su parte, echó leña al fuego y malmetió diciendo que estaba muy triste de ver que un hijo es rechazado por su madre. El programa entonces decidió mostrar la bronca por la que casi abandona Cristian el reality (más leña al fuego), y los grados de temperatura subieron hasta hacer de esa noche de Julio, una noche en la que el calor del conflicto se volvió insoportable.

Maite decidió que la mejor manera de salir airosa de esa situación era atacar y dijo cosas tan feas como que cuando saliese del reality, Cristian se iría a su piso, pero ella se iría con Sofía y con su novio, porque estaba con su hija a tope. Cristian no sabía dónde esconderse y se cubría la cara con las manos de la pena y vergüenza.

Jorge Javier al rescate

Cómo sería la cosa, que hasta Jorge Javier se posicionó a favor de Cristian, y soltó lo que fue la frase lapidaria de la noche: «Maite, te has olvidado que eres su madre». Una frase que junto a «Luke, yo soy tu padre» quedará en el imaginario popular grabada a fuego junto al tan cacareado «Estefaníiiiiiaaaaaaaa» de La isla de las tentaciones.

El presentador también le dijo que tenía que protegerle, ser más cariñosa, que él entendía que era una mujer moderna y que no tenían mucha diferencia de edad, pero que tenía que ser más comprensiva porque le estaba haciendo pasar tragos muy duros.

Ojo, ahí Jorge se mojó y fue certero en sus palabras. Ole por él. Mientras Jorge le pegaba este remojón a Maite, ella asentía con la cabeza y decía que lo sentía mucho, que intentaría cambiar y que fue educada así, sin a penas amor, que puede que esa educación tan dura la estuviera reflejando en su hijo. Que no conocía a Cristian tanto como a Sofía porque no pudo criarle de pequeño y que le iba a dar más abrazos. Menudo espectáculo.

Pero no toda la noche la acapararon Cristian destrozado y Maite…

Os resumimos la situación. A Yola Berrocal y a Leticia Sabater les robaron 3.000 euros de su caja fuerte y estaban sorprendidas y preocupadas porque ni se podían imaginar quién podía haber sido. También estaban un poco preocupadas porque ellas, que son zen y que rezuman paz y buen rollo estaban siendo criticadas por toda la casa y en concreto por Juani, el descubrimiento de este reality, que las había llamado guarras porque no limpiaban.

Oriana e Iván también tuvieron su momento. Tras haber protagonizado subidones y bajones en su relación, ayer por fin ganaron la habitación a Ferre y Cristina. Y menos mal, porque Iván está en modo conejito Duracell y lo hacían en donde podían: en la ducha, en el váter…, un show.

La Casa fuerte está que arde, como estas noches de verano y como la audiencia que una semana tras otra sube y sube. Al menos en esta última gala, no se hablo (mucho) de pedos.