Desver: el chulo de Conor McGregor me tiene hartita

Hoy necesito mucho más que una limpieza ocular en profundidad. Necesito un trapo para morderlo y no insultar. ¿Los motivos? El chulo de Conor McGregor ha vuelto a hacerlo. ¿Ganar un combate? No: avergonzar a la especie humana. Repasemos.

Mira, Conor McGregor, una cosa te voy a decir. Yo soy enemiga total de la violencia, pero es que sacas lo peor de mí. Hacia mediados de mes nos enteramos de tu enésimo arresto. Esta vez, por sacarte la chorra borracho perdío delante de una chica que iba al baño de un bar. Verás, Conor, es que no es ni gracioso.

Hace un par de días, Khamzat Chimaev tumbó en pocos segundos a su rival, y empezaron a alimentarse los rumores de que tú serías su siguiente rival. ¿Sabes qué dijo su entrenador? Que Chimaev te dejaría moñeco. Bueno, no lo dijo así, yo traduzco a un idioma ligerito, que es lo que me va.

Aunque me cueste mantener el tono divertido con un personaje como tú. Y no usó mi misma expresión, «el chulo de Conor», porque no hablaba en castellano, que si no, vete tú a saber.

Dijo también que eras mentalmente inestable. Y ahí no puedo por menos que darle la razón. Estás cucú bananas, amigo. Lo tuyo es preocupante.

Imagina que esto mismo te lo hacen a ti

Imagina que el mundo se cansa de ti. Que el chulo de Conor McGregor empieza a ser un tostón porque, por más cachas que esté, por más peleas que ganara en el pasado, no es capaz de controlar su ira. Y estoy siendo suave.

Solo por un segundo, imagina que lo que le hiciste a esa chavala te lo hace a ti este tal Chimaev. Si su entrenador está en lo cierto, no tienes muchas oportunidades frente a él. Se saca la chorra mientras tú vas al baño. ¿Qué harías? Porque con una mujer ya sabemos que puedes. Por eso te pongo en una tesitura en la que te veas amenazado.

El chulo de Conor: un historial infinito de bestialidades

Y digo que ya sabemos que puedes porque se lo hiciste a tu compañera de entreno, Aislyng Daly, allá por 2007. Decidiste golpearla durante un guanteo y dejarla tirada en el suelo. Y lo cuenta tu entrenador de entonces, verás, no el enemigo. Te sentirás un valiente, ¿a que sí?

¿Te habría gustado sentirte muerto de miedo, Conor? Un tío que es mucho más fuerte que tú se te insinúa. Va piójer y podría salirte por cualquier lado si lo rechazas. Tiene capacidad para destrozarte. Imagino que alguien como tú sabe el terror que impone. Aunque te hayas retirado ni sé las veces, tu capacidad para hacer daño físico es inmensa. Pero sigo repasando.

• Tiraste una carretilla contra el cristal de un autobús y dejaste a varias personas heridas por cortes con los cristales.

• Has atacado a personas durante tus peleas.

• Has sido suspendido de la UFC por ello.

• Te chinaste cuando un fan te intentó hacer fotos, estrellaste su móvil contra el suelo y luego te lo llevaste.

Ni pedir perdón te sale

Y, claro, tus intentos de dar pena no nos conmueven. Porque cuando uno entra en esta espiral de destrucción, y más cuando es un personaje público, debe saber frenar. Y si te pintan la cara en redes sociales cuando dices estar devastado, no se puede seguir insultando. Si lo estás, adelante: un buen psicólogo podrá ayudarte. Pero si no pides ayuda y solo pretendes dar lástima, ni lo intentes, Conor. No conmigo, que las peleas más agrias que soporto son las verbales de Jordi Cruz en Masterchef.

Así que ahora solo quiero desver. Y espero de corazón que sepas darle la vuelta a tu situación. Tienes la vida por delante. Elige si la quieres pasar de calabozo en calabozo o triunfando como boxeador.