He descubierto la muñeca de Billie Eilish, que lleva ya unas semanas en el mercado. Y no, no es para jugar con ella a las casitas. Salvo que de repente quieras convertirte en una especie de ángel caído infernal o en un emo con ganas de ver el mundo arder. Entonces, sí, sí es para jugar. Pero vamos, yo voy a lo mío: ¿dónde está el colirio con su poquito de salfumán?

Bueeeeno, pues nada, se acerca la Semana Santa y yo ya tengo mi bajona particular. ¿Por no poder viajar? Vale, un poco sí. Pero no, no es por eso. Es que he descubierto la muñeca de Billie Eilish (o las muñecas, más bien) y mira, he visto procesiones con sus saetas que son una sitcom al lado de esto. ¿Que no me crees? Te presento los cuatro modelos, a cual más alegrote.

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Primera muñeca de Billie Eilish: con los músculos cargaos

Vemos a la primera muñeca de Billie Eilish y he de deciros que es la que irradia mayor optimismo. Y eso que va con cintas de estas que te ponen los fisioterapeutas, o sea, que lleva doloridos los gemelos sí o sí. Vestida de verde esperanza, la perdemos toda al fijarnos en ese rostro que no está precisamente celebrando lo forradísima que debe de estar. Mención aparte merece el pelucón verde, que más parece un gorrito tipo beanie que pelazo.

Muñeca de Billie Eilish vestida de verde
Que no te confunda su rostro de refutar a Kant: Billie está contentísima, pero es muy de expresarlo p’adentro. (Foto: Agencias)

Segunda muñeca de Billie Eilish: a cocinar meta con los de Breaking Bad

La anterior muñeca es la alegría de la huerta comparada con esta, que tiene menos alegría de vivir que yo delante de un plato de acelgas hervidas. Cabizbaja, con maquillaje de este de haberte hinchado a llorar tras una ruptura y un total look amarillo muy a lo Breaking Bad, no sabemos si se va con los coleguis o a cocinar metanfetamina con los protas de la serie. Por cierto, lo tienes a la venta.

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Muñeca de Billie Eilish en amarillo
Una pernera llena de cintas y la otra ya pues menos. Ahí, a lo asimétrico. El pelo peinado con un churro merece comentario aparte. (Foto: Agencias)

Tercera muñeca: angelote mal

Sabemos que Billie tiene una canción que se llama All the Good Girls Go to Hell, y de ahí esta cosa a medio camino entre ángel caído y Batman de resaca. Bien ahí de negror y de churretes por la cara, hija, que se te note que supuras buen rollo. Ya el vídeo es una exaltación de la alegría, ni te cuento la muñequita en cuestión.

Muñeca de Billie Eilish con alas y en negro
Descalza, con unas alas la mar de bonitas y llena de churretes. La viva imagen del optimismo desbordado. (Foto: Agencias)

Cuarta muñeca de Billie Eilish: feliz tras el fiestón (no)

Quería despedir este momentazo muñeca de Billie Eilish con la que, en mi humilde opinión, es lo más saleroso que has podido ver en tu vida: de blanco impoluto, un poco al estilo drugo en La naranja mecánica (¿no sabes qué es un drugo? Madre mía, léete a Burgess o mírate la peli de Kubrick, por dios santo), está sentadita, contenta como solo saben estarlo las plañideras en un entierro, y bebiendo ¿alquitrán?, ¿tinta de calamar?, ¿lágrimas de Demogorgon? Mira, yo qué sé. Pero en resumen, si tienes ese amigo que de tan feliz te dan ganas de reventarle el alma, no lo hagas, que la violencia no lleva a ninguna parte: regálale una muñeca de Billie Eilish.

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Si por lo que sea aún te dura la alegría, que no sea porque no lo he intentado: Billis, llorando tizne negro, se aventura a terminar la fiesta mientras bebe zumito de sepia. El jolgorio en estado puro. (Foto: Agencias)