El Corona, La Corona y la Corinna
¡Tía, qué fuerte! Coincidí con él en rehabilitación por mi ciática
Al principio no sabía quién era, me recordaba al que salía en las monedas de antes pero con más papada. Lo tenía en la camilla de al lado y en su conversación era un poco como los abuelos que se veían en las pelis de los 80 cuando a Torremolinos llegaban las suecas.
Sabía que algo malo había hecho porque siempre lo seguían unos hombres de negro.
Yo sigo haciendo rehabilitación por mi ciática y por lo que sé, él ha cambiado de distrito postal.