Te vamos a enseñar el nuevo coche de Maluma. Y te adelantamos que te vas a quedar muy loquer con las cosas que te vamos a contar sobre él
¿Sabéis esas zapatillas que os gustan mucho, mucho, cómodas y preciosas y que os compráis en otro color ‘pa por si acaso’? Pues eso lo hace muchísimo Maluma, pero con los coches. Al colombiano le gustan mucho. Cuánto más rápidos, llamativos y caros, mejor. Y no contento con un Porsche, un Ferrari, un Mercedes, un yate y un avión privado, Maluma se ha pillado otro coche. Sí, otro. Otro buga, otro carro, otro juguete para su colección. Que se ve que los que ya tenía no eran suficientes. Y por supuesto, no ha dudado de presumir de él en redes sociales. Que se note la pasta.
Se trata de un Ferrari 488 GTB. A lo mejor así no te dice nada, pero si te contamos que se pone de 0 a 100 kilómetros por hora en tres segundos y de 0 a 200 en ocho. la cosa cambia. Aunque nosotros no podemos evitar preguntarnos que para qué quiere un coche tan rápido, si la velocidad está limitada. Y luego vienen las multas. Pero además, tiene otro montonazo de cosas que deben ser muy guays también: siete marchas, un motor con sistema biturbo y más de 3.000 centímetros cúbicos, y 670 CV. ¿Cómo os quedáis? Nosotros nos quedamos igual, porque los coches no son precisamente lo nuestro, pero deben ser características muy molonas, porque el nuevo coche de Maluma cuesta nada menos que un millón de euros. Sí, un millón de euros.
Seguro que además se lo ha pillao con todos los extras. Bluetooth y de todo. Para qué andarse con tonterías, a lo grande. Porque le sale el dinero por las orejas y eso se nota. Y precisamente el nuevo coche de Maluma es la prueba. No por el coche en sí, sino porque lo ha comprado teniéndolo ya repetido. Lo que lees. Lo tiene exactamente igual en rojo. Pero debe ser que el color no le quedaba bien con su nuevo estilo y ha decidido comprárselo también en negro, que pega con todo.
Maluma ha abandonado Miami, donde ha estado los últimos meses, y se encuentra ahora en su Colombia natal. Y estamos seguros de que ha enseñado su nuevo coche a familia y amigos. Y qué queréis que os digamos, pero es que nos lo imaginamos abriendo el maletero y dando pataditas a las ruedas para enseñárselo a los colegas y nos da un poco la risa. Que será muy rico, sí, pero la esencia del ser humano está ahí.
