Mira, es que no nos lo explicamos. Cien kilos y más de 1´80 y es capaz de hacer algo sorprendente, que nos tiene todavía con la boca abierta. Nos encantaría tener este talento de Can Yaman, pero ya te decimos que no puede cualquiera, es algo reservado para unos pocos

Y no, no es salir del agua así de bien. Tiene más que ver con su porte, sus hechuras, su anatomía y todo lo que está trabajando en el gimnasio para perfeccionarla. Porque otra cosa no, pero para su papel de Sandokan se está machacando, con muchas horas de entrenamiento intensivo. Porque Sandokan lucha, Sandokan monta a caballo, Sandokan es un intrépido. Y Can Yaman ya estaba de muy buen ver, pero tiene que hacer como que hace eso todos los días, sin cansarse. Así que venga burpees, venga flexiones, venga kilómetros corriendo.

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Pero también hay que entrenar la elasticidad, no vaya a ser que Sandokan tenga que dar una patada voladora doble, una para cada lado, para machacar a dos malos a la vez. Así que después de mucho entrenamiento, estiramiento y esfuerzo, este es el resultado:

Ahí lo tienes. Pierna bien arriba, por encima de su cabeza. Y sin inmutarse. Así que a pesar de sus 100 kilos y su 1,82 de altura, es súper flexible. Seguro que Diletta Leotta ya sabía esto, claro. Pero a nosotros nos ha dejado alucinados. Pero espera, porque Can Yaman se ha hecho un ‘sujétame el cubata’ y ha ido a más.

Esto es lo que viene siendo un ‘espagat de libro’, la abertura de piernas a 180º. Como si fuera Almudena Cid, Tamara Rojo o Igor Yebra. Y como si no le costara ningún esfuerzo. Claro que aquí la gorra le tapa la cara, así que a lo mejor está llorando del dolor (lo que me pasaría a mí, vamos) y no lo vemos.

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Y lo bueno es que ya tenemos más pistas de cómo va a ser su personaje de Sandokan. Ya nos lo estamos imaginando en una refriega, haciendo saltos mortales, dando patadas voladoras y esquivando espadazos. Con su turbante y su eyeliner, como todo buen pirata que se precie. Lo vemos, lo vemos.

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