«Estoy jodida, estoy asustada y tengo ganas de contarlo. Tengo un cáncer de pulmón». Así comenzaba Mila Ximénez su intervención telefónica en ‘Sálvame’ el 16 de junio de 2020, desvelando el motivo de su comentada ausencia en su programa.

Con una entereza impresionante, la colaboradora confesaba cómo, a raíz de un fuerte dolor de espalda, acudió al médico y, tras realizarle varias pruebas, le descubrieron un tumor en el pulmón. «A mí un tumor de mierda no me va a parar la vida ni de coña. Estoy asustada pero lo vamos a conseguir» aseguraba aquel día la sevillana, mostrándose dispuesta a lo que fuese necesario para vencer sin duda la batalla más dura de su vida: «Vamos a hacer quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia. Vamos a conseguirlo, aunque me han dicho que es difícil. Yo haré lo que me digan. Estoy absolutamente dispuesta a todo».

«Os juro, os prometo por mis nietos que de esta voy a salir. Se lo he prometido a mi hija Alba y jamás le he roto un juramento. ¡Por ella merece la pena todo! ¡De esta salgo!», mantenía una Mila fuerte y optimista que, durante este año, ha intentado cumplir su promesa luchando con uñas y dientes y demostrando que la palabra ‘rendirse’ no entraba en sus planes.

Poco después, en julio de 2020, la colaboradora reaparecía en ‘Sábado Deluxe’ y revelaba que tenía un «tumor con metástasis». «Tengo el tumor más grande localizado en el pulmón, y a mí lo que me avisó fue el dolor de la costilla. La oncóloga me dijo que era un tumor con metástasis, ahí me cagué. Está en los pulmones, en el hígado y más partes», explicaba emocionada, contando que, pese a ser inoperable, sus esperanzas en vencer a la maldita enfermedad seguían intactas: «Me han explicado que cuando un cáncer está localizado se le dispara y punto, pero a este no se le puede disparar. Me dijeron si no lo tienes en la cabeza todo va bien, y si no lo tienes en los huesos también. Lo van a dormir para evitar que ramifique más, una zona está más complicada, pero a esa zona la estamos quemando. Se ha cogido a tiempo, si logramos que se duerma todo irá bien».

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Entonces Mila comenzó una lucha titánica contra el cáncer en la que, a pesar de atravesar momentos malos y momentos muy malos, jamás se rindió. Arropada por los suyos y sacando fuerzas de flaqueza, la periodista intentó compaginar el tratamiento contra su enfermedad con sus compromisos laborales en ‘Sálvame’ y en la revista ‘Lecturas’ y, con la mejor de sus sonrisas y las ganas de vivir que la caracterizaban, fue ella quien en más de una ocasión se encargó de animar a sus seres queridos.

Meses muy complicados en los que la ex de Manolo Santana continuó dando lo mejor de sí cada tarde en el programa de Telecinco, fiel a su esencia y con la ironía y ese sentido del humor negro que la caracterizaba. Una temporada en las que sus visitas a la clínica madrileña de La Luz fueron constantes, dispuesta a hacer lo que los médicos propusiesen para intentar doblegar al cáncer.

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El parón por el Covid lo complicó todo para Mila Ximénez

Después de una Navidad complicada y especialmente triste para Mila – por las restricciones del Covid y posteriormente por el temporal ‘Filomena’, que paralizó a la ciudad de Madrid durante días, la colaboradora ‘desaparecía’ de la pequeña pantalla durante varias semanas. A su regreso a comienzos del mes de marzo, visiblemente más delgada y con aspecto cansado, confesaba que su ausencia se debía a que se había sometido a un fuerte tratamiento de quimioterapia que la había tenido en cama casi un mes.

«La gente ha estado muy preocupada y yo también. Lo que me ha pasado este mes no se lo deseo a nadie. Me he asustado. Se ha complicado una de las zonas y me van a hacer un TAC, cuando me den el resultado tomaré una decisión», desvelaba emocionada, asegurando estar preparada para lo que pudiese ocurrir si el resultado de las pruebas no era el esperado: «Me gusta vivir pero con calidad de vida». «Estoy preparada para todo. Si el tratamiento no funciona, lo dejo y hasta que dure. No me veo con un tubo en la nariz como Pau Donés», señalaba con una entereza impresionante.

Días después, y tras varias apariciones en ‘Sálvame’ con gorros y bandanas en la cabeza porque el tratamiento le había debilitado mucho el pelo y no se podía peinar, Mila volvía a centrarse en su durísimo tratamiento, ‘abandonando’ temporalmente su trabajo con la intención de proseguir su recuperación.

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Desde entonces, sus visitas al hospital fueron una constante. Siempre arropada por los suyos, su hija Alba Santana, sus hermanos Manolo, Concha y Encarna y sus íntimos amigos – como Raúl Prieto, David Valldeperas, Belén Rodríguez o su estilista – Mila continuó con su durísimo tratamiento, luchando con uñas y dientes contra la enfemedad.

Cada vez más frágil, pero con muchas ganas de vivir, la periodista celebraba en la intimidad su 69 cumpleaños, agradecida por el inmenso apoyo que estaba recibiendo no sólo de sus familiares sino también de amigos como Jorge Javier Vázquez, Belén Esteban o Terelu Campos, con quien la vimos disfrutando de una relajada comida en la capital en la que fue una de sus últimas apariciones públicas. «Estar cuidada y protegida por los míos es el mejor regalo que he recibido de esta enfermedad. Tengo docenas de manos que no me sueltan», confesaba Mila al diario ABC tras su cumpleaños.

A finales de mayo, la colaboradora compartía su última publicación en Instagram, dedicada a Jorge Javier, uno de sus grandes apoyos durante su lucha. «Siempre consigues que me ate los cordones y baile con el miedo. Te quiero», escribía Mila en respuesta a las palabras del presentador en la revista ‘Lecturas’, donde escribió una carta a su gran amiga confesando que «todo es mucho menos si tú no estás».

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En junio y ya muy debilitada, la periodista era ingresada en el hospital de La Luz con un ataque de ansiedad tras acudir al centro para ser sometida a unas pruebas. Dos días después, Mila recibía el alta en silla de ruedas y ponía rumbo a su casa para descansar rodeada de los suyos.

Prometió luchas con uñas y dientes y juró que saldría de esta, pero en ocasiones el cáncer no da tregua, y la feroz batalla de la periodista es un claro ejemplo. En las últimas semanas Mila se ha despedido de los suyos con tranquilidad, con una sonrisa y, sobre todo, en paz. Rodeada día y noche por su hija Alba – que viajó de urgencia desde Amsterdam, donde reside, cuando su madre empeoró – sus hermanos Manolo, Conchi y Encarna – un apoyo constante que jamás le han soltado la mano – y sus amigos más cercanos, la colaboradora se ha ido como quería, sin hacer ruido y dándonos a todos un ejemplo de fuerza, valentía y entereza, incluso en los peores momentos.

Diferentes medios de comunicación han publicado en los últimos días que Mila había sido sedada, que su final era inminente... Nosotros preferimos no especular y recordar una de las últimas cosas que la recordada periodista escribió en su perfil de Instagram. «Mi única biografía es seguir intentando ser mejor». Y, sin duda, lo consiguió. ¡Hasta siempre Mila!