Julia Roberts crea una nueva tendencia: el ‘yes, we mask’

En plena oleada de disturbios y reproches a Donald Trump, Julia Roberts aprovecha su mascarilla para hacer una reivindicación política.

Os prometemos que el rostro detrás de la mascarilla con el careto de Barack Obama es nada menos que el de Julia Roberts. La novia de América nunca ha ocultado su tendencia política (de hecho, es amiga personal de Michelle Obama), y si a eso le sumas la cantidad de tiempo libre que nos deja el confinamiento para hacer manualidades… el resultado ha sido este accesorio tan pintón.

Pillamos a la actriz con su peculiar mascarilla dirigiéndose hacia un centro comercial cercano a su casa, en Malibú. Y de primeras nos costó darnos cuenta de que estábamos ante la mismísima Julia Roberts. No solo porque llevase la cara tapada, porque ¿quién no va así estos días?, sino porque tampoco estamos acostumbrados a verla con esas pintejas.

Con un estilismo de lo más cómodo (por llamarlo de alguna manera), coronado por un moñete que ríete tú del que te haces para desmaquillarte por las noches, Julia intentaba pasar desapercibida mientras hacía unas compras. Pero ser una reina de las tendencias es lo que tiene: que aunque te hayas echado encima el cesto de la ropa sucia antes de salir de casa, siempre llevas algún accesorio diferenciador.

¿Os imagináis la versión patria?

¿Has pensado en customizarte tu propia mascarilla con la cara de tu político favorito, como ha hecho Julia Roberts? ¿No te gustaría llevar a Pedro Sánchez siempre a la vista? ¿Y a Pablo Casado? ¿Y a Santiago Abascal o a Pablo Iglesias? No, espera, ¡lo tenemos! ¡Una foto de Mariano Rajoy saltándose el confinamiento! Corre y apúntate al Yes, we mask, la nueva tendencia que de momento solo lleva la protagonista de Pretty Woman y esperamos que nadie más…

Y, si esto no te acaba de convencer, aquí tienes otra propuesta, las mascarillas que ha diseñado Kim Kardashian. Eso sí, tienen dos pegas: que son infinitamente más aburridas que la de la actriz ¡y que están agotadísimas! Lo bueno, es que no te arriesgas a que nadie vaya detrás tuya dándote caceroladas.