Yo sé que le encanta el deporte y que lo disfruta de lo lindo, pero ¿no puede apartarse de ahí, que me está haciendo apretar muy fuerte los ojos para no verla? Sofia Richie en el mar es un ‘desver’ de terror a lo Spielberg.
Bueno, pues ya está. Se confirman mis mayores pesadillas. Hay celebrities que no le tienen miedo a nada. Y cuando digo a nada, es A NADA. Y aquí está Sofia Richie en el mar para confirmármelo.
Yo, que cuando me meto a nadar en la playa me faltan retrovisores en la nuca para que no me roce ni el aire. Yo, que soy incapaz de meterme en el agua con nadie conocido porque a mí me haces una ahogadilla y te hago la cruz para los restos. Yo, que se me enreda un trocito de alga en el pie y grito en todos los idiomas posibles, veo esto y se me eriza el lomo como para pinchar en él espetos de sardina. ¿Pero que no ves el tiburón ahí o qué, por dios?
Una chica en forma
Nos da igual ver a Sofia Richie en el mar que de fiesta con la mascarilla más molongui del mercado. Sofia está estupenda y lo sabe. Y yo que me alegro. Por eso mismo, porque ese cuerpazo definido hay que mantenerlo, digo yo que igual alejarse de los escualos sería una buena idea. Más que nada porque estos pececicos, por pasarse de cariñosos, te arrean un bocao y te dejan sin muslamen. Que me baso en hechos reales, que he visto muchas veces Sharknado, Sofia, hazme el favor.
Con amigos, sin Scott
Y claro, también me ha dado por pensar: ¿y si esta chica está pasando un mal de amores y se ha ido ahí en plan comando a reclamar su ración de casito? Que a ver, todos hemos reclamado casito alguna vez, pero yo qué sé, yo pongo un «ay» en mis redes sociales y me basta con eso, no me planto delante de un tiburón. Pero claro, como Scott Disick, tras su ruptura contigo, parece que le hace ojitos a su ex, Kourtney Kardashian, en Instagram, pues hija, me ha dado por pensar mal. Pero también te digo una cosa: esas idas y venidas de los tíos solo traen malos rollos. Así que tú nada, tú a pasar página, que como dice mi madre: «Como ese, cien mil, y mejores que él, un millón». Ea.
El bañador de Sofia Richie en el mar, agotado
Agotado de que no quedan existencias, no agotado de que no le pueda seguir el ritmo a la muchacha. Que tampoco me extrañaría. Se trata de un modelazo de Billabong que ella ha tuneado cortándole las perneras. No está ese en concreto, pero si por lo que sea os mola, tienen este otro parecidísimo por 350 eurillos de nada (estoy en modo irónico, claro). Escucha, Sofi. Que igual a ti te sobra el parné, pero arriesgarte a que ese tiburonaco te haga añicos el bañador duele casi tanto como el mordisco, verás. ¡Es que ya no sé cómo decirte que no te metas ahí, que llevo los ojos hasta arriba de ácido sulfúrico para borrar la imagen!
Lionel no gana para disgustos
Y ya que nos ponemos, hazlo aunque sea por tu padre, por dios. Que le estáis dando una vida entre los tres que yo no sé cómo puede conservar ese pelazo con que lo ha dotado la naturaleza. Tu hermana mayor, Nicole, envuelta en escándalos con la policía por conducir bajo los efectos de las drogas, entre otras lindezas. Tu hermano Miles, amenazando con detonar una bomba cuando no lo dejaron subir a un avión. Tú, dándole al froskifroski al aire libre con Justin Bieber.
De verdad te lo digo, Sofia. Dadle un respiro. Que yo no sé si será o no el mejor padre del mundo, pero con estas cosas nos llena las playlist de temas moñas y vamos a acabar todos fatal de lo nuestro. Por cierto, ¿te has alejado ya del tiburón? ¿Y ahora? ¿Y ahora?