Fue en Venecia durante el evento de Dolce & Gabbana. La actriz de Instinto básico estaba en pleno photocall y pasó algo inesperado. El nuevo admirador de Sharon Stone se coló en la sesión de fotos y dejó a la actriz con una cara de «qué está pasando aquí» que se ha convertido en la foto del momento.

El evento de Dolce&Gabbana en Venecia no deja de regalarnos momentazos: Leni Klum y Heidi Klum juntas, la etiqueta colgandera de J. Lo y ahora… el nuevo admirador de Sharon Stone. Y sí, ella es divina, pero es que él tampoco es humano.

El admirador de Sharon Stone fue esta paloma de la plaza de San Marcos
Fue la diva de los noventa y lo sigue siendo, porque ¡madre mía, qué 63 años luce esta mujer! Ahora, que lo más sorprendente de la aparición de la actriz en el evento de la firma italiana no fue lo evidente (tipazo, escotazo y rodeada de dos modelos espectaculares), sino la paloma que, en medio del photoshoot, se le plantó en la cabeza. Así se quedó la pobre Sharon: con la sonrisa congelada.

Un total look negro que dio de qué hablar
Con tanta paloma alrededor, la subida al cocoroto de la Stone podría haber terminado en tragedia, porque estos bichos, a la que te descuidas, se vacían por dentro en el momento más inesperado. Y claro, si ya es asquerosito, imagina cómo habría lucido una caca del admirador de Sharon Stone en su lookazo.

Solo el bolsito, de la colección Devotion, debe de andar por los 1.350 euros (eso cuesta la versión en dorado y en napa), pero ni siquiera habría sido el peor lugar para dejar su firma el espontáneo de la plaza. En su vestido con escotazo, modificado para ella, que cuesta nada menos que 1.850 euros, lo habría arruinado. Menos mal que tenía recambio y lució este otro modelo, también en negro y con lazos laterales. 2.450 euros de nada tienen la culpa si te quieres hacer con él.

Por cierto, que si quieres completar el total look Dolce&Gabbana que llevaba Sharon, las sandalias solo cuestan 775 eurillos de nada. Sandalias de becerro lúcido, las llaman en la web. Aún estoy asimilando el nombre. Vete tú a pedir eso a la zapatería del barrio.
