Felipe y Letizia retoman su agenda: la desescalada llega a Zarzuela

Los Reyes asistían este lunes a la presentación del informe COTEC, recuperando poco a poco sus citas fuera de palacio.

Tras dos meses de reuniones telemáticas, trabajo de despacho y pocas citas fuera de los muros de Zarzuela, parece que los reyes Felipe y Letizia comienzan a retomar su actividad habitual. En esta ocasión, ha sido en un acto que no estaba exclusivamente relacionado con el coronavirus, como sí lo estuvieron los anteriores compromisos para los que salieron de su confinamiento. Así, los monarcas volvían a su agenda conjunta este lunes, asistiendo a la presentación del informe COTEC, un compromiso al que no suelen faltar.

Eso sí, lo han hecho bien protegidos por las correspondientes mascarillas, además de guantes, dos elementos que no han faltado en sus escasas apariciones públicas de las últimas semanas. En la cita han estado acompañados de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid; José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la capital; Nadia Calviño, vicepresidenta tercera del Gobierno y Cristina Garmendia, exministra de Ciencia y Tecnología y actual presidenta de COTEC.

El rey Felipe ha intervenido en el acto con un discurso para un foro prácticamente vacío, ya que los pocos asistentes que había tenían que mantener la distancia social indicada por las autoridades médicas. Así que, un auditorio en el que en otras ocasiones estaba hasta la bandera, presentaba un aspecto bastante poco habitual, pero en la línea de las imágenes de lugares desiertos que hemos podido ver durante estas nueve semanas de confinamiento y estado de alarma.

El look de Letizia

Aunque en otras rentrées lo normal es que Letizia optara por un look más llamativo, la situación pandémica ha hecho que opte por un perfil más bajo, con un look más que sobrio, compuesto de pantalón negro y top de tweed burdeos. El top es una de esas piezas del armario de la Reina de las que no se han identificado ni la firma ni el diseñador. Es más, es una de las prendas que se achacan a la mano de su costurera personal, la responsable de que todo lo que compra y que no está confeccionado exclusivamente para ella, le siente como un guante.