Hoy me voy a poner seria, porque el tema lo merece. Hablo de un puñado de influencers estafadores que están camelándose a sus seguidores con publicidad engañosa. No sé si las autoridades harán algo al respecto (espero que se pueda), pero os lo pido: no apostéis. Las apuestas son una pérdida de dinero y quienes os las recomiendan os están mintiendo descaradamente. Así es su modus operandi.
Hace unos días, Javi Guzmán, reportero de Newtral, destapaba en Twitter el modus operandi de un buen puñado de influencers estafadores:
Parece que Jesús, de La isla de las tentaciones, ha elegido tentar de una manera distinta a como se hace en ese reality. Este es solo un ejemplo, aunque el hilo (y otros hilos que el propio Javi enlaza) lo explican muy bien. En esencia, el influencer en cuestión invita a sus seguidores a que le hagan preguntas, y siempre llega alguno que le hace una clásica: cuánto gana el famoso en cuestión al mes. La respuesta: «En Instagram poquito, con lo que más estoy ganando ahora es con las apuestas deportivas». Y la cifra es siempre la misma.
Los influencers estafadores lanzan la caña y los chavales pican
En ese momento, los chicos empiezan a interesarse por el tema. El influencer en cuestión te explica cómo convierte 30 euros en 1.040 en un abrir y cerrar de ojos. Lanzado el anzuelo por parte de estos influencers estafadores, los chavales pican en masa. Explica el estafador entonces que hay que entrar en un canal gratuito de Telegram que les pasa a qué partidos de fútbol hay que meter dinero para ganar esas cantidades tan abultadas.



Por supuesto, los muchachos estafados no solo no ganan 1.040 euros, sino que pierden sus 30.
Estos son algunos de los influencers estafadores
Además de Jesús, Diego, otro concursante de LIDLT, hace exactamente lo mismo (su cuenta ahora mismo está en modo privado) y Tom Brusse, de la anterior edición; Julia Usón (203K seguidores, la cuenta también privada) y Paula García Maciá (145K seguidores) son dos influencers que anduvieron con idéntico sistema (es un copiapega de manual).

Y cómo no, uno de los personajes más dañinos de los últimos tiempos en Instagram: Marina Yers (1,6 millones de seguidores). Sí, sí: la misma que anunciaba una bebida «que hidrata más que el agua» y que clamaba contra el uso de mascarilla. Esta muchacha también está entre los influencers estafadores.
Qué tiene pinta de estar pasando
El grupo de Telegram al que enlazan parece, según apunta el propio Javi Guzmán, pertenecer a quien paga a estos influencers para estafar a sus seguidores. Lo que parece que está pasando, o todo apunta en esa dirección, es que ciertas casas de apuestas, cuya capacidad de difundir sus tóxicos mensajes en medios ha sido reducida por el Gobierno, han elegido este otro método para continuar captando inocentes. Es decir, buscan subterfugios como poco dudosamente legales (ayer, el periodista preguntaba a los expertos si esto es delito) para continuar sacando el dinero a los más jóvenes, desesperados en parte por la situación de desempleo actual.

Crush.News, contra esta plaga moral
Si de algo puedo sentirme orgullosa es de colaborar en un medio que ha dicho «no» a la publicidad de las casas de apuestas. Es un bombardeo constante de anuncios para sacar el dinero de quienes menos tienen y de quienes son más susceptibles de ser engañados por influencers a los que adoran. Y muchos de nuestros lectores están en ese rango de edad.
Chavales, solo dos palabras: no piquéis
Ojalá alguien pudiera prometernos que todo va a cambiar a mejor, que mañana llegarán empleos y dinero para todos; sin embargo, lo más probable es que eso no suceda. Pero creedme: meter dinero en este tipo de apuestas es una manera rápida de perderlo. Nunca se gana. Nunca. Es exactamente igual que si coges un billete de 20 y dos de 10 euros y los desmenuzas para a continuación tirar de la cadena.

Ni cuando apuestas una vez y ganas algo. Porque solo os están abriendo el camino hacia la ludopatía. Si ganas un poco de dinero una vez terminarás volviendo a jugar. Yo no soy Marina Yers ni tengo su capacidad de influir. No tengo sus seguidores. Pero sí tengo una hija de la edad de los potenciales estafados y mucha más cabeza que ellos.
Y que os queden claras dos cosas. Una: cuando se hace publicidad de algo, hay que decir que es publicidad, no pasarlo como una experiencia propia, tal como advierte Facua. Dos: la publicidad de las casas de apuestas es una aberración. No piquéis.