Katy Perry con su hija Daisy Dove es lo más tierno que verás hoy. Porque la pequeña ha hecho un año de vida y está enorme. Y regordita y comestible. Es una preciosa niña rubia que su madre no suelta ni un segundo. La cantante se fue con sus padres y su peque a un Museo y se lo pasaron pipa.

No digáis que Katy Perry con su hija no es todo ternura. Por favor. Es amor. La pequeña Daisy Dove que acaba de cumplir un año está para comérsela. Y eso es lo que iba haciendo la cantante darle algo de comer mientras se dirigía al Museo de Historia Natural de Santa Bárbara.
Katy había quedado allí con sus padres y juntos pasaron un gran día.

La pequeña Daisy está super mayor y no nos lo esperábamos porque no se prodiga mucho y ahora de repente la hemos visto super grande. Y monísima. Tan rubita, con esas mollitas en las piernas. Una cucada de niña.
Y además es escaladora, porque mirad como intenta salir del carro.

Pero Katy Perry que es una madraza y siempre cuida de su hija ella misma la regañó un poco e hizo que la peque se volviera a sentar.
Está claro que Katy es una madre paciente. Y junto a sus padres y la pequeña que iba guapísima con un mono corto de cuadros rosas y blancos disfrutó de un día de Museo muy especial.

Porque Katy tiene tiempo para todo. Para salir con amigas, para irse de viaje romántico con Orlando Bloom y hasta de diseñar zapatos.
Menuda es Katy.