Mary-Kate Olsen se ha visto obligada a solicitar una «orden judicial de emergencia» para divorciarse de su hasta ahora marido, Olivier Sarkozy. Pero, ¿qué es esto exactamente?

La idílica relación entre Mary-Kate Olsen y Olivier Sarkozy ha terminado después de cinco años de matrimonio, pero los derroteros que está tomando este divorcio están siendo una pesadilla para la que fuese niña prodigio en Hollywood.

Todo empezó a mediados de abril, cuando la diseñadora solicitó el divorcio ante la corte de Nueva York. Pero se le denegó «por causas excepcionales», debido a la pandemia del Covid-19. Desde entonces, Mary-Kate ha esperado y esperado, hasta que la situación ha sido insostenible. Como última medida, Olsen ha conseguido una orden judicial de emergencia, que es una especie de salvoconducto para que, pese a las circunstancias mundiales, el proceso se admita a trámite y se resuelva rápidamente.

«Esta solicitud es una emergencia porque mi marido espera que me mude de nuestra casa el lunes 18 de mayo de 2020 en medio de la pandemia. Estoy horrorizada (…) No solo perderé mi casa, también me arriesgaré a perder mi propiedad», reza el escrito presentado por MK. En estos casos, el juicio rápido de divorcio se haría con el juez mediante videoconferencia.

El hermano del que fuera presidente de Francia, no le está poniendo las cosas fáciles a su exmujer: Olivier le ha exigido salir del apartamento de Nueva York donde esta está confinada, que es propiedad de la pareja, poniéndole como fecha tope el 18 de mayo. Ella ha tenido que pedir una extensión, hasta el día 30, por la imposibilidad de llevarse sus pertenencias de la casa hasta entonces.

Juntos desde 2012 y casados desde 2015

Hace ocho años, la relación entre Olivier Sarkozy y Mary-Kate Olsen sorprendió a todos: ella es la mitad de las gemelas más rentables del planeta, y él, un banquero francés que, pese a la popularidad de su hermano Nicolás, siempre se ha mantenido en un segundo plano.

Debido, entre otras cosas, a 17 años que les separan, nadie apostó por su relación al principio, pero el tiempo les dio la razón y la pareja acabó casándose tres años después de conocerse, en una ceremonia íntima y con un leonino acuerdo prenupcial mediante. Cosa que le vendrá genial a la diseñadora, cuya fortuna gracias a la firma que creó con su hermana Ashley, The Row, está valorada en más de 100 millones de euros según Forbes.

Durante este tiempo la pareja no ha tenido hijos, aunque la diseñadora nunca ha ocultado su deseo de ser madre. Por su parte, Olivier, tiene dos de una relación anterior.