David Bustamante: 15 hombres y un destino

Hoy Yoli de Modelos con ciática, viene a pegarle un repasito a los 15 tipos de Bustamantes distintos que se conocen. Agárrate, que este viaje va a ser duro

Queridx:

Hablar de OT1 es como mancillar a la familia más querida de España. Os pongo un ejemplo, es como si a finales de los 80, en la previa de Barcelona ’92, alguien hubiera dicho: “La Familia Real Española no es lo que aparenta”

Hemos rodeado a la primera edición de Operación Triunfo de un halo de ternura que nos hace omitir hasta el lado más feo de los concursantes.

Pero yo he venido a hablaros de lo que vengo a hablaros

Hoy vengo a hablaros de David Bustamante y, mientras escribo esto, pienso: ¡Qué difícil ha tenido que ser para él ser Bustamante!

Actualmente, vivimos una situación social en la que cuando un chico llora en televisión, es sensible, romántico e incluso tierno. En cambio, Bustamante, fue el llorón de España porque, la vida pasa y la sensibilidad no era cosa de hombres.

Viendo esto, también agradezco la evolución social, porque en nuestra lucha feminista, ahora que se acerca el 8 de Marzo, hay días en los que siento que no hemos avanzado nada en los últimos años y esto, me hace ver un rayito de esperanza.Pero como te decía, hoy venimos a hablar de David Bustamante.

Esto es lo que me pasa

Con él tengo una contradicción de vida y es que, a ratos me cae muy bien y a ratos no lo soporto. No sé por qué me da que Paula Echevarría me daría la razón en esto.

La hiperactividad escandalosa no va conmigo, lo siento. Quizás contigo, que lees esto sí, pero yo estoy muy zen últimamente y Bustamante me resta energía.

Va todo el tiempo pasado de revoluciones.

Como persona, no lo conozco y aunque creo que es más buen tipo que la imagen que nos ofrece, compartir la vida con su peor enemigo no debe de ser del todo fácil, y no, no hablo de Yana Olina, hablo de él mismo.
Convivir diariamente con David Bustamante siendo David Bustamante. ¿Te imaginas?
Me explota la cabeza solo de pensarlo.
Además, no nos gusta que sea un diábolo. Ese juguete infantil con más años que el hilo negro que pasa de ancho a delgado y de delgado a ancho.
A David toda la vida le vamos a exigir que tenga el cuerpo que lucía en la portada de FHM y es que, él mismo nos ha acostumbrado a eso. A sus veranos en la playa luciendo abdominales y vida idílica junto a una de nuestras It girls favoritas.

Con la ruptura, llegó la debacle en todo.

Drama nacional.
Gracias a Paula logramos olvidar su pasado con Begoña Alonso, su melena al viento, sus pendientes de diamantes o cocos (¡qué daño has hecho, David Beckham!) y su ropa comprada en el mismo comercio en el que se viste Kiko el de Los Caños… (o dónde compra ahora Raquel Bollo)
David cambia de cuerpo con cada disco y ya van trece. Casi catorce si contamos el nuevo.
Eso quiere decir que hemos pasado por casi quince tipos distintos de David Bustamante.
Y quiero obviar sus problemas con la justicia y haciendo un guiño a la palabra, lo injustos que hemos sido a veces con él.
Lo que no le vamos a perdonar jamás, como no le perdonamos lo que fuera que hiciera Manuela Carmena, es que haya regrabado Dos hombres y un destino sin contar con Álex Casademunt, porque no nos gusta ver a la familia enfadada y porque siempre y en todo, si triunfa uno, triunfa el equipo.

Esta es la frase que les digo a mis amigas cuando tienen una cita Tinder: Si triunfa una, triunfa el equipo. La puedes usar, te la presto.
Con el mismo amor de siempre.

Yoli.