Modelos con ciática: Silencio, se rueda
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- 8 octubre 2020
Aquí la Yoli una semana más contando cómo se ve la vida desde la perspectiva que nos da la cadera caída de una modelo con ciática.
Por las publicaciones de esta semana en Crush.News habréis visto el beso de M.A.S. con Ursu para La casa de papel y si no lo has visto, malamente, trá, trá. (Haz clic sobre La casa de papel, que son muy majos y te han dejado el enlace directo)
Por todos es sabido que morimos de ganas por una nueva temporada de La casa de papel y que la vamos a devorar en día y medio en cuanto salga. Es una realidad, lo reconocemos y no nos escondemos.
Es mi deber de fan aclararte que si te vas a enganchar ahora y vas a ver las tres primeras temporadas como si no hubiera un mañana, no te encariñes ni de los feos ni de los gorditos. Consejo de amigui.
Yo agradecí cuando me dijeron: no te encariñes de nadie en Juego de tronos. ¡De nadie! Pero una es débil, se encariña de muchos y luego sufre. Vaya, que lo pasé regulinchi, la verdad.
La casa de papel es una confluencia de guapos por metro cuadrado. ¡Jamás un mono de obra rojo quedó tan bien!
Es un secreto a voces: Culpo a La casa de papel por mis altas expectativas en cuanto a obreros.
Llevo dos baños reventados, una cocina alicatada y alguna tubería obstruida a la espera de que venga un tipo de Denver a decirme que soy un Maserati. Sí, yo, que tengo un Seat Panda quiero que me llamen Maserati.
El otro día vino José, un fontanero de Carabanchel acompañado por Wilson del Perú… y no conocían a nadie en Denver, ni cerca. Insistí en mis preguntas, pero creo que debo seguir intentándolo.
En fin, queridos, que en mis oraciones de cada noche siempre habrá una mención especial para los feos y los gorditos de La casa de papel y también para mi Nairobi, por supuesto.
Ya sabéis, #PrayForthefeos y #PrayForTheGorditos porque… ¡empieza el matriarcado!
