¡Ay! querida, tengo tanta plancha que no sé ni por dónde empezar. ¡Que Miley Cyrus ve marcianos!

Si hace unos años me dijeran que hoy iba a estar aquí escribiendo y que te tendría a ti leyéndome, no me lo creería. Pero si además me dijeran que, el 29 de octubre de 2020, año del perpetuo sujétame el cubata, iba a escribir sobre Hanna Montana, estaríamos hablando de que por lo menos, habría sufrido una pequeña embolia.

Ídola. Fotos: IG @mileycyrus


Hablar de Miley Cyrus, casi siempre, es hablar de controversia.
La chica de las múltiples personalidades.
La que lo mismo se casa con el chico bueno de Australia, Liam Hemsworth, que se refriega por la entrepierna del chicho one hit wonder, Robin Thicke.
La cosa es que, nuestra Miley, iba conduciendo por San Bernardino con un amigo, dándolo todo en su furgo americana con el Como ronea de Las Chuches (vale, esto no… pero yo me la imagino así), cuando de repente ve como un O.V.N.I. la persigue.
Lo normal, vaya. Cosas comunes de todos los días.
En palabras de la propia Miley, era como una máquina quitanieves levitante.

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Lo de ver vírgenes en los árboles o encontrarlas en el mar por pescadores está más pasado que la niña de la curva. Ahora que se acerca Halloween, lo que pega es el mundo U.F.O. Rural y podemos estar tranquilas, porque Iker Jiménez le va a sacar rentabilidad en setenta programas y dos especiales.

Bien es cierto que minutos antes, la que fuera chica Disney, se encontraba frente a un puesto de tacos comprando hojas de manzanilla de las de calidad a un señor apellidado Hornimans y con servicio de entrega itinerante. Señor que decía ser experto en la materia, con campo propio y que la Montana no había visto en su vida.
Yo creo que la engañaron, la verdad.

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Para mí, que no se apellidaba así, que no había visto una planta de manzanilla en su vida y que ni tan siquiera tenía campo.
La cosa es que ahora tengo un poquito de miedo y por culpa de esto, he tirado a la basura todas mis infusiones de hibisco y rosas, por si acaso. Que yo soy del sur y aquí los tractores son muy grandes.
Otra de esas cosas que no le podría reconocer a mi yo del pasado, es que hay algunas canciones de Miley que me gustan. Pero esto que sea un secreto entre nosotras, por fa, porque en el fondo… todas somos un poco de otro planeta.
Con el mismo amor de siempre,

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Yoli.