¡ATENCIÓN!
Señoronxs, señoros, votantes de Vox, lxs que decís ni machismo ni feminismo y populares en general: No leáis este artículo. Produce un alto riesgo de embolia.
No leer.
Repetimos.
¡NO LEER!
¿Estamos los que tenemos que estar ya? Bien.
En plena semana del #8M, aunque para nosotrxs cada día sea ese día… En plena semana de la lucha conjunta, de la visualización en la búsqueda de la igualdad real, de defender nuestro honor y que, por una vez, se nos dé minutos en radio, prensa y televisión, sin necesidad de un asesinato machista o de alguna manifestación política. En plena semana violeta, las redes sociales se han llenado de mensajes que hubiéramos preferido no conocer si con ello no hubieran existido.
Si algo nos ha enseñado las redes sociales en estos años es que cuando estas no estaban en nuestras vidas, convivíamos con una dulcificación extrema del macho ibérico.
De desconocimiento, consentimiento e incluso, adoración.
Los Bertines, Los Julios, los Franciscos…
En estos días ha saltado a la luz la noticia de los supuestos mensajes que Francisco, ese cantante carente de ego que en su currilicum tiene en negrita su mayor hazaña: haber ganado el festival de la OTI en dos ocasiones, habría mandado a la que fuera su amante, Denia Apolinar.
Os podría contar mogollón de historias frikis del festival de la OTI (y también de Eurovision) que siempre negaré saber, como esa en la que su hermana Ana María también representó a España en el mismo festival quedando segunda allá por el año 94… pero este, queridxs míos, no es el tema que hoy nos reclama.
La casposidad, el machismo, el ninguneo, el racismo, la demagogia y sobre todo, la ausencia de humanidad expuestas en sesenta páginas de mensajes que nos hacen sentir vergüenza ajena de que semejante personaje forme parte de la historia cultural de nuestro país.
Cantar bien no te hace mejor persona.
Ir a Supervivientes no te hace más humano.
Ganar dos veces el festival de la OTI no te hace menos friki.
Presumir de ser español ante un extranjero no te hace mejor ciudadano patrio.
Denia Apolinar es una mujer de color con la que, según los tabloides, Francisco tuvo un affaire. De esa extramatrimonial relación nació hace 20 años una niña que el cantante jamás reconoció como su hija, pero que sí lo hizo un juez.
Con estos antecedentes llegamos a los Whatsapp tras esa imposición judicial.
Sesenta páginas de mensajes que el cantante y la mujer de este, le profesan a Denia Apolinar, como decíamos, cargados de odio, racismo, xenofobia y mucha casposidad.
Y es aquí cuando me surgen muchos ¡¡¿cómo??¡¡ en una columna que debería estar cargada de humor, como viene siendo habitual.
¿Cómo dos señoros en los Goya babean abiertamente e insultan a las mujeres que pisaban la alfombra roja como si fueran objetos inanimados de una sala de exposiciones, sabiendo todxs los que hemos convivido entre medios que esto no ha sido un acto aislado?
¿Cómo se le sigue dando minutos de televisión a un cantante que ya ni canta y que es de todo menos ese orgullo patrio del que alardea?
¿Cómo se tolera que la política nacional saque autobuses naranjas a la calle para hacerse oír cuando en realidad lo que quieren adoctrinar según sus ideales?
¿Cómo es que determinadas situaciones siguen impunes ante la justicia y ante la repulsión social en pleno 2021?
Estos cómo no son algo casual, es más, si quisiéramos llenaríamos una lista con tantas páginas o más que las de mensajes de Francisco tiene Denia Apolinar.
Pero claro, aquí somos feministas, que no feminazis y por ello, seguiremos luchando juntos ante todo y todos para que nuestro futuro y el de ellos sea, sin duda, un lugar mejor.
Y como esto va de humor, os dejo un chiste que siempre cuenta mi amiga Helena con Tara muy acorde a los señoros de nuestra tierra.
—¿Es aquí el club de tiquismiquis?
—¡A-SO-CIA-CIÓN!
Con más amor que nunca y un par gafas en color violeta,
Yoli.
