La salud mental de Simone Biles se ha resentido durante los Juegos Olímpicos de Tokio. Primero decidió no participar en la final por equipos; después, en la individual y, en este instante, aún no sabemos si ha dejado también la final por aparatos. Ayer se generó en Twitter un amargo debate en el que hubo quienes la llamaron débil de mente. La empatía de quienes se atrevieron a decir semejante burrada sí que es débil. Así fue la agria polémica desatada en redes.

De un tiempo a esta parte, la salud mental ha cobrado especial relevancia en los medios. Tanto para quienes defienden la importancia de cuidarla como para quienes se burlan incluso de padecer un problema psíquico. Ayer, con las últimas noticias sobre la salud mental de Simon Biles se abrió un melón muy grande: ¿es más importante el éxito deportivo o la estabilidad emocional de un atleta de élite? Aquí, en la redacción, lo tenemos clarísimo, pero no todos piensan así. De hecho, ayer un tuit (y sus réplicas) generaron un debate interesante y necesario.

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Un problema que empieza a visibilizarse

No es el primer caso, ni muchísimo menos. Antes de saber de la salud mental de Simone Biles habíamos conocido casos mucho más cercanos, como el de Paula Badosa, que hace un tiempo explicaba en Twitter el episodio de depresión que la llevó al borde del abismo:

https://twitter.com/paulabadosa/status/1152143595010428929?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1152143595010428929%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.elmundo.es%2Fdeportes%2Ftenis%2F2019%2F07%2F19%2F5d31ba29fc6c83bb018b4641.html

Hace escasas horas, Simone Biles, abrumada por las muestras de cariño, escribía esto en su Instagram: «La efusión de amor y apoyo que he recibido me ha hecho darme cuenta de que soy más que mis logros y gimnasia que nunca antes había creído realmente». Ojo, que estas palabras son durísimas. Porque lo que hay detrás de los problemas de Biles lo es también.

Mensaje de Simone en instagram
Simone Biles agradeció hace unas horas el cariño recibido. (Foto: @simonebiles)

¿Por qué hay quien no le da importancia a la salud mental de Simone Biles?

Imagino que hay quienes, centrados en esa mentalidad de ganador nato que no se rinde ante nada, olvidan que somos personas por encima de todo. No ganadores ni tiburones ni fieras ni máquinas: personas. Algunas jovencísimas, con pocas herramientas para hacer frente a semejante nivel de presión. Personas que se hacen daño no solo físicamente. Ayer lo explicaba muy bien Manuel:

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Y aquí es donde está la clave. Si te rompes un músculo o un hueso, te has lesionado. Pero si tienes una crisis de ansiedad, por ejemplo, eres «de mente débil». No lo digo yo, por supuesto. Pero sí lo dijo un periodista:

Y comenzó el debate

Al parecer, todo son matices ahora, pero decir que alguien tiene una mente débil por el hecho de enfermar es tremendo. Nos falta muchísima cultura sobre salud mental. Mucho camino por recorrer. Pero es que hubo más. Lo explicó esta exgimnasta en un hilo:

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Catherine habla de twisties, una especie de bloqueo mental que hace que tu mente y tu cuerpo no se coordinen y que puedas, directamente, partirte el cuello mientras estás en el aire porque pierdes la conexión con la realidad (es una pésima manera de resumirlo: el hilo es magnífico y lo puedes ir traduciendo si el inglés se te atraganta).

Bueno, pues aun así hubo numerosos tuiteros que siguieron amparándose en una supuesta debilidad e incluso alguno llegó a decir que Simone cae bien por ser mujer y negra, mientras que hombres blancos como Rafael Nadal caen mal precisamente por eso. Y por la supuesta fortaleza mental del uno frente a la otra.

Hay mucho más

Nadal es un deportista extraordinario; quizá, el mejor que ha dado nuestro país. Simone Biles es una deportista extraordinaria. Una de las mejores que ha dado un país que no para de dar deportistas extraordinarios. Datos: siete veces campeona nacional, campeona olímpica en Río 2016, cinco veces campeona del mundo y la única que ha logrado estos campeonatos de forma consecutiva. Los títulos logrados son abundantísimos: basta con entrar en Wikipedia. Con 24 años. La mayoría de estos títulos los logró con apenas 20.

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Quizá lo que olvidan quienes la critican hoy es la presión a la que han sometido a una niña, que es lo que Simone era hasta ayer, como quien dice. Quizá olvidan también que esa niña fue una de las víctimas de abusos sexuales por parte de ese monstruo llamado Larry Nassar. No sale su nombre en él, pero os recomiendo Gimnasta A, un magnífico documental de Netflix que explica este horror, así como que el hecho de bajar enormemente la edad media de las gimnastas (antes mujeres, hoy niñas) ha favorecido este tipo de prácticas. Y que la salud mental de Simone Biles, sí, pero también de otras compañeras, se quiebre. ¡Son niñas!

Seguramente ella tenía que vivir en un ambiente opresivo en el que su propia organización no las protegía y ocultaba a las autoridades lo que estaba pasando, y Nadal entrenaba con su tío. Podría ser una diferencia. No lo sé.

Puede, no sé, que esta misma gente olvide que el propio Nadal tuvo problemas mentales. Él los definió como «agobio interior», como «lesión mental». Y nada me parece más apropiado que «lesión mental» si al deporte nos referimos. Considerémoslo una lesión, porque lo es. Duele. Aunque sea de otra manera. Así que, Simone, solo me queda repetirme: te queremos feliz, no campeona. No lo dudes.