La protagonista de la docuserie ha dejado claro qué tendría que pasar para que se recuperara el contacto. Y lo que pide no parece que vaya a suceder.
No hay vuelta atrás, la reconciliación de Rocío Carrasco y su hija es misión imposible, al menos en estos momentos. Y no por todo lo que ha contado la madre en televisión, sino por lo que ella piensa que tiene que suceder antes de que vuelvan a acercarse. Pese a que Rocío Flores ha dicho en muchas ocasiones que desea volver a tener contacto con ella y que la quiere y la echa de menos, parece que tendrá que conformarse con que las cosas sigan hasta ahora.
El último capítulo emitido de ‘Rocío: Contar la verdad para seguir viva’ ha dinamitado la posibilidad de reconciliación de Rocío Carrasco y su hija. Esta es la razón por la que ni le coge el teléfono a Ro, ni se produce ese acercamiento: «No puedo mantener, muy a mi pesar, ningún tipo de relación con una persona que tiene a la otra persona al lado y que ha intentado meterme en la cárcel».
Y esta es la condición que pone para que ambas puedan recuperar su relación materno-filial: «Hay algo que es se podrá recomponer, pero partiendo de la base de que esa persona no esté ni en la vida de ella ni en la mía». Es decir, pide que la exsuperviviente rompa con su padre, algo que no va a suceder. ¿Qué opción les queda entonces? Parece que seguir como hasta ahora.
Demuestra que su hijo David también fue manipulado
Pero… ¿y qué pasa con su hijo David? Este ha sido otro de los temas centrales. La hija de la Jurado ha enseñado informes psicosociales que demuestran que el niño estaba manipulado por el padre y también por su hermana: ambos lo utilizaron en el juicio de la agresión de Rocío Flores contra su madre para condicionar su declaración. Así lo aseguran los expertos que le evaluaron.
Asimismo niega que haya desatendido a su hijo menor y que se haya saltado citas médicas constantemente, como ha dicho Antonio David en innumerables ocasiones. «Yo no me saltaba citas, las cambiaba cuando las programaba él que es muy distinto», ha explicado y lo hacía seguramente para evitar que su ex pudiera tener controlados sus movimientos.
La reconciliación de Rocío Carrasco y su hija está cada día más lejos, con su hijo, también, y con su familia materna… también. «Ellos son cómplices en cierta forma». Aún así, la mujer de Fidel vuelve a exculpar a Rocío Flores de muchas cosas y asegura: «Que Rocío no sienta responsabilidad y no tenga nada de lo que arrepentirse es culpa de ese, de lo que le ha implementado, de lo que la ha mutilado. Es una muestra más del daño que es capaz de infringir. Tristemente creo que mi hija no se arrepiente y es culpa de su padre».
Con documentos y nuevos testimonios, entre ellos el chófer que llevó a la niña al colegio el día de la agresión y la tutora del centro educativo, Rocío va desmontando la gran mentira del padre de sus hijos. También señala a periodistas y colaboradores como brazos ejecutores, entre ellos Gustavo González y Kiko Matamoros.
