España asiste entre atónita y conmocionada al espectáculo de cómo se ventila el delicado asunto del presunto maltrato a Rocío Carrasco. Lo emite Telecinco y tiene a dos grandes protagonistas de la cadena (el uno por exceso de presencia, la otra por larga ausencia), Antonio David y Rociito. A este asunto, que traerá ríos de tinta, conviene ponerle varios peros. El primero, ¿en qué ha convertido Telecinco la televisión?

Ver a una mujer explicando, en medio de un ataque de ansiedad, cómo un hombre la maltrataba, siempre es motivo para que se le pongan a una los pelos de punta. Esto es así. El presunto (sí: presunto) maltrato a Rocío Carrasco se ha convertido en el enésimo show de Telecinco y ya tenemos juicio mediático. Emitir veredictos al margen de la justicia se ha convertido en el deporte nacional y no seré yo quien defienda algo así.

Telecinco traspasa todas las líneas rojas

No hay nada como ser famoso para que tus asuntos más íntimos lleguen a todos los platós. Lo quieras o no. En este caso, queriendo. De ventilar trapos sucios esta cadena sabe un rato: lleva trabajando en ello desde hace ya muchísimos años. Vive del endogámico juego de acusaciones cruzadas en el que uno culpa a otro de algo y ese otro le devuelve la pelota elevada a n. Pero hay una línea que no debería traspasarse. O varias. No debería convertirse un asunto de maltrato en show televisivo, como no debería convertirse una violación o, por hablar de algo también reciente, un contagio por covid. Telecinco ha traspasado todas esas líneas y no parece tener freno.

MÁS EN CRUSH
El kiosko: La nueva Anabel Pantoja y la venta de Cantora

El presunto maltrato a Rocío Carrasco llega al Congreso

El asunto del presunto maltrato a Rocío Carrasco ha llegado al Congreso, y por supuesto se ha politizado. La ministra de Igualdad defiende a capa y espada a la presunta maltratada, y el partido ultraderechista VOX, al presunto maltratador con un hashtag también despreciable. Pues ya está, ya hemos conseguido lo que queríamos: frivolizar sobre algo tan delicado, tan serio, como es el maltrato a las mujeres.

Captura del stories de Rocío flores
La hija de ambos, que no se habla desde hace años con su madre, pidió entrar en directo. No se consideró oportuno. (Foto: @rotrece)

Otra mujer, Rocío Flores (hija de la presunta víctima), intentó entrar a dar su opinión al respecto y la cadena no lo encontró apropiado, tal como ella cuenta en su story de Instagram. ¿No daba juego? ¿Solo valía una opinión? Sospecho que aquí estaba ya todo el pescado vendido.

MÁS EN CRUSH
Rocío Flores pone en duda a su padre por primera vez

La justicia, esa gran ignorada

Hay aquí un asunto, o varios, que se ignoran en todo este nuevo circo mediático en el que nos rebozamos y del que estamos disfrutando como gorrinos en un charco: los juicios mediáticos entorpecen el trabajo de quienes imparten justicia de verdad. Ya hemos tomado partido por uno u otra, y lo peor es que lo hacemos movidos por filias y fobias. Los que votan a VOX odiarán a Rocío Carrasco; los que votan a Unidas Podemos, a Antonio David. La justicia, que es ciega, desearía lavarse los ojos con salfumán para serlo con todas las consecuencias y no seguir viendo estos shows de la cadena amiga.

Antonio David, al enterarse del documental en el que se hablaba del presunto maltrato a Rocío Carrasco
El presunto maltratador, atónito al enterarse de la emisión del documental. (Foto: Mediaset)

Porque, queridos míos, yo tengo mis fobias también. Antonio David ha vendido su intimidad por fascículos a cambio de un cheque y mira, yo con eso no puedo, y me contengo a la hora de emitir mi opinión sobre este personaje. Pero aquí todos tienen derecho a esa cosa llamada presunción de inocencia que nos distingue de las dictaduras.

MÁS EN CRUSH
Antonio David habla para decir que él no está demacrado y otras jugosas declaraciones. Tenemos la entrevista completa

Nadie es culpable de nada hasta que no se demuestre lo contrario. Así va el mundo en democracia, aunque se nos olvide. Y sí, una vez más, atendiendo a nuestras filias y fobias, se nos ha vuelto a olvidar. Se le ha olvidado a la señora Montero y se les ha olvidado a los de VOX.

Démosle al maltrato la importancia que tiene: mucha

No voy a jugar al juego de la ultraderecha: la violencia de género es algo gravísimo. Montones de mujeres lo sufren a diario. Viven muertas de miedo. No se atreven a denunciar y, cuando lo hacen, a veces es demasiado tarde. Frivolizar con este asunto es grave. Es muy grave. No, el país no está lleno de mujeres que acusan falsamente a sus parejas de agredirlas, y justo por eso este tipo de cuestiones deberían ventilarse dentro de un juzgado.

MÁS EN CRUSH
Antonio David muy triste: "parece que perjudico todo lo que está a mi lado" (vídeo)

Pero da igual: Telecinco lo ha vuelto a hacer. Nos ha mostrado su enésimo juego y sabe cuánto gana con esto. Literalmente.

Rocío Carrasco en el programa que emitió telecinco
Impresiona ver a la presunta víctima explicando por todo lo que ha pasado. (Foto: Mediaset)

No olvidemos otros casos recientes

La memoria es frágil, pero refresquemos: en 2017, Gran Hermano captó lo que parecía una violación y no solo no dejó de grabar, sino que invitó a la víctima al confesionario a ver aquellas imágenes sin avisar y sin dejar de grabar la reacción de esta. Hace poco, Marta López, al parecer, se contagió de covid en una fiesta ilegal, lo llevó a plató, le costó dejar de colaborar con el programa y al poco tiempo era readmitida.

Porque sabemos que eso mismo va a pasar con Antonio David, ¿no? ¿A qué si no ha tardado tanto en expulsarlo, si el documental del presunto maltrato a Rocío Carrasco lleva un montón de tiempo grabado? ¿Un capítulo más del show mediático? No tengo la menor duda.

Para quienes, como yo, prefieren que sea la justicia quien hable, recomiendo una película: La caza. Durísima y necesaria.